ALD-1.1 BUNKER – ALDEHUELA

 

Bunker

 

En los meses anteriores a la batalla de Teruel el Ejército republicano fue consolidando una línea fortificada entre el pueblo de Aldehuela y el valle del Turia, jalonada por algunas obras de piedra trabada con cemento. Estas obras, situadas en los salientes de las alturas por las que discurre la línea de trincheras, -Morrón de Quílez y Las Cañadas-, se encuentran prácticamente arruinadas y sólo sobreviven las paredes de piedra de un nido de ametralladora en el entorno del vértice Ramo y, fundamentalmente, el búnker que ahora nos ocupa, en perfecto estado de conservación. Esta fortificación domina el acceso al pueblo por la carretera de Teruel y difiere de otras en que la cúpula esta ligeramente escalonada, debido al encofrado empleado para construirla. Desde su interior, en el que sus ocupantes podían permanecer en posición erguida, se divisa la ciudad de Teruel, haciendo las veces de observatorio. Al mismo se accedía por un túnel cuya entrada se encontraba situada en la ladera.

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Aldehuela sería ocupado al comienzo de la guerra por las milicias republicanas procedentes de Levante y, en su entorno, se consolidarían las líneas a medida que se paralizaba el avance sobre Teruel y se reorganizaban las fuerzas gubernamentales, tras la formación del nuevo Ejército Popular de la República. Ordenado el avance máximo de las posiciones que cercaban la ciudad y su fortalecimiento, desde esta zona partiría la 40 División de Carabineros, mandada por el Mayor Nieto, al inicio de la ofensiva gubernamental de diciembre de 1937, contando con sus Brigadas 82, 84 y 87, algunas de ellas formadas mayoritariamente por Carabineros.

Encuadrada en el XX Cuerpo de Ejército, bajo las órdenes del Teniente Coronel Menéndez, esta división avanzaría sobre las posiciones enemigas que defendían el Puerto de Escandón y Castralvo, alcanzando la ciudad desde el sur, y a ella le sería encomendada por el Ministro de Defensa Indalecio Prieto la toma de los últimos reductos en los que resistían las tropas nacionales que se habían ido replegando sobre Teruel, descansando esta tarea en la 84 Brigada Mixta.

Esta unidad será objeto de un duro castigo por parte de su mando en la noche del 20 de enero de 1938. Con motivo del avance de las tropas del general Varela desde El Campillo hasta la Muela de Teruel, se produjo la retirada de los combatientes de la 84 Brigada, que habían abandonado el asedio de los edificios que resistían en el interior de la ciudad, hasta que con la fuerte nevada caída en la tarde del día 31 de diciembre y la reorganización de las fuerzas republicanas, se volvieron a ocupar los puestos abandonados horas antes. Retirada esta unidad a descansar al pueblo de Rubielos de Mora tras días de intensos combates y sometidos los hombres a un fuerte desgaste, a los tres días de llegar a esta localidad fueron requeridos por el mando para volver a Teruel, una vez que se había desatado el ataque sobre los Altos de las Celadas. La negativa a volver al frente de una parte de los efectivos, daría lugar a una represalia desmedida contra cuarenta y seis combatientes de la 84 Brigada Mixta, que serían ametrallados en el paraje conocido como Piedras Gordas.

Mientras esto sucedía en el frente, Aldehuela seguiría siendo un lugar de paso de efectivos y donde permanecerían muchos de los servicios de la unidad, hasta que en los primeros días de julio de 1938, con motivo del avance de las tropas del general Franco hacia Valencia, toda la línea hasta Villel sería ocupada en medio de fuertes combates con numerosas bajas en ambos ejércitos.

De las tres brigadas que estuvieron en esta zona, la mejor parada sería la 87 Brigada, que fue condecorada con la Medalla al Valor colectiva por su intervención en la batalla de Levante.

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