TER-7.2 LAS VIÑAS CARCEL – TERUEL

El sector de las Viñas y cementerio de Teruel fue otro de los lugares más disputados desde el inicio de la guerra civil. En la cornisa que se alza sobre el centro penitenciario, frente a la Muela y dominando la antigua carretera de Zaragoza y el cauce del Turia, se había construido una línea defensiva en dirección norte desde la que podía batirse una posible incursión procedente del valle del río Alfambra.

De aquella línea queda como testigo solitario una fortificación con gruesas paredes de hormigón destinado a observatorio o como ocasional puesto de tirador.

Más allá, próximo al cementerio de Teruel y al repetidor que se alza sobre la carretera de Alcañiz, todavía se conserva un nido de ametralladoras de piedra y cemento con un amplio campo de tiro sobre la carretera de Cantavieja. Posiciones más destacadas en estas disputadas alturas, ninguna de estas fortificaciones conserva su cubierta.

No muy lejos de allí, en una finca particular se alza un monumento que recuerda la concesión de la medalla Laureada Colectiva a los defensores de este sector en diciembre de 1936.

Más información

Tras el establecimiento de las columnas de milicias que habían llegado hasta Teruel en el primer verano de la guerra, se fue consolidando un cerco en torno a la ciudad que sólo tenía una vía de comunicación con su retaguardia: el valle del Jiloca.

En diciembre de 1936, seis columnas debían converger sobre la ciudad, pero sólo la columna que procedía del valle del Alfambra y Corbalán hizo un verdadero esfuerzo para conseguir el objetivo previsto, motivo por el que esta ofensiva se conoce como la batalla de Corbalán.

El día 26 se pusieron en marcha los combatientes republicanos, apoyados por dos Potez de la escuadrilla aérea Malraux, que bombardearon la estación y la central eléctrica.

Durante varios días, la XIII Brigada Internacional que mandaba el comunista alemán Wilheim Zaisser y que estaba encuadrada por los batallones Chapaiev, Louise Michel y Henri Vuillemin, se lanzó contra las lomas del cementerio, pero la porfiada defensa y la falta de coordinación de los atacantes, terminó con la retirada de las fuerzas republicanas.

Un año después, las fuerzas anarquistas de la 25 División avanzarían desde el mismo punto de partida para asaltar el cementerio nuevo. Mientras, la 116 Brigada Mixta atacaba desde el Muletón para avanzar por el margen del río Alfambra hasta el puente por el que cruza la carretera de Zaragoza, la 117 Brigada Mixta marcharía sobre las lomas del cementerio. Esta última tendría que ser sustituida por la 118 Brigada Mixta para cumplir sus objetivos.

Serían los combatientes anarquistas los que entrarían primero en el casco urbano a través del barrio del Arrabal.

Tras un periodo breve de dominio de la ciudad por el Ejército Popular, los sucesivos movimientos de las tropas de Franco culminarían con la recuperación de la ciudad el 22 de febrero de 1938.

El día 17 de ese mes, tres cuerpos de ejército formados por diez divisiones se habían puesto en marcha para conquistar una ciudad en ruinas que había sido campo de batalla durante dos largos meses.

La 1ª de Navarra, que servía de enlace entre los Cuerpos de Ejército de Castilla y el Cuerpo de Ejército de Galicia, sería la encargada de tomar las lomas del cementerio. Para ello tenía que cruzar el río Alfambra y ascender las laderas que llevan hasta aquellas alturas.

Una confusión causaría a los asaltantes un gran número de bajas, entre los que se encontraba el jefe de la 2ª agrupación, teniente coronel Tejero Sabrina.

Los hombres de la 46 División, a quien se había encomendado la defensa de la ciudad, combatieron con tesón en sus posiciones hasta que fue conquistada la cota 1.015 por el desbordamiento de las líneas situadas en Sierra Gorda, cediendo las líneas del cementerio.

Cómo llegar


Instrucciones de como llegar