SBL-6.1 MESETA DE LAS PEDRIZAS – SAN BLAS

Los parajes conocidos como Carrascalejo, Las Pedrizas, Los Morrones o Cerro de Monterde, situados entre San Blas y El Campillo, fueron escenarios de duros combates entre los dos Ejércitos contendientes, en particular la Meseta de las Pedrizas, cota de 1.128 metros que se encuentra en el lado derecho de la carretera subiendo hacia El Campillo.

A escasos cien metros de la calzada se levanta un campamento en el que destaca una vivienda de dos pisos, hundida en la actualidad, rodeada de numerosas chabolas situadas a ambos lados del camino, algunas de ellas simples pozos excavados sobre el terreno, y de un aljibe.

En este lugar se habría instalado una centuria de Falange para servir de reserva inmediata a las tropas que guarnecían el sector y fortalecer las posiciones ante un posible ataque procedente de la serranía de Albarracín. En los barrancos próximos es fácil encontrar otros asentamientos más precarios improvisados en función de los movimientos seguidos por las tropas durante la batalla.

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Al inicio de la ofensiva republicana las fuerzas de Líster y de Martínez Cartón se habían unido en San Blas, cerrando el cerco sobre Teruel. Mientras tanto, algunos soldados del Regimiento Gerona 18 seguían combatiendo en El Campillo en el vano intento de frenar el avance de los hombres de la 64 División, que horas antes habían salido desde las posiciones de Rubiales.

Para entonces, jinetes del 8º Regimiento de Caballería republicano habían rebasado el pueblo y continuado hacía las Pedrizas y los Morrones, formando una línea defensiva para evitar un posible avance de las fuerzas sublevadas.

En esos primeros momentos de confusión, la 1ª Centuria de Falange que había sido traslada a El Campillo el día anterior, fue nuevamente enviada de regreso a Teruel. Sobre los camiones fueron embarcando los falangistas y se pusieron en marcha por la carretera hacia San Blas. Al atravesar el caserío, los primeros vehículos recibieron una descarga de fusilería, y los soldados republicanos rodearon los camiones haciendo prisioneros a la mayor parte de sus ocupantes.

El avance de la Caballería republicana desbordando las líneas defensivas de El Campillo, unido al avance de un importante contingente de infantería apoyado por el fuego de algunas piezas de artillería y carros de combate, causó una profunda desmoralización de los defensores de aquellas posiciones, que fueron hechos prisioneros a lo largo del día 16 de diciembre de 1937.

El envío de varias unidades hacia Gea de Albarracín, que pasarían a formar el Cuerpo de Ejército del Sur del Turia, a las órdenes del general Varela, daría lugar a un fuerte ataque en dirección a la Muela de Teruel, movimiento que debía desarrollarse en tres fases sucesivas: la toma de El Campillo, Las Pedrizas y Los Morrones; la ocupación de la cota 1.062, Muela de Teruel y San Blas; y la consolidación de las cotas 1.062 y 1.076, para dar lugar, después, al avance definitivo sobre la ciudad y la liberación de los sitiados.

La maniobra se iniciaría el día 29 y dos días después se habían cumplido todos los objetivos, al alcanzar los soldados de la 1ª División la vertiente de la Muela que da vistas a Teruel.

La 82 División había de encargarse de abrir el camino tomando al asalto las posiciones del Pico del Zorro, El Campillo, Primer Vallejo y las Hoces. La caída de las posiciones del Pico del Zorro o Rincón del Molinero, defendidas por la 41 División, dejaría el paso franco a las tropas de Varela que se impondrían rápidamente sobre la 81 Brigada Mixta, encargada de la defensa de El Campillo.

Aprovechando esta maniobra, la 1ª División, al mando de García Valiño, avanzará entre la 82 División y la 61 División, conquistando sin mucha dificultad las posiciones de Las Pedrizas y Carrascalejo, para dirigirse a la Muela de Teruel.

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